La Quiropráctica emergió como una profesión independiente en los Estados Unidos en la década de 1890. En 1895 en Davenport (EE. UU) Daniel David Palmer realizó con éxito el primer ajuste específico vertebral quiropráctico, corrigiendo el desplazamiento de una vértebra a Harvey Lillard, el primer paciente quiropráctico.
El buen resultado de este ajuste quiropráctico basado en el concepto puramente de restricción mecánica desató una cadena de investigaciones en Estados Unidos que originaron el nacimiento de la Quiropráctica. El importante crecimiento detectado en Estados Unidos y Canadá y, posteriormente en otros países de Europa y del mundo, se basó en los buenos resultados clínicos y científicos, así como en el apoyo de los pacientes. Hasta 1950, el grueso de la profesión estaba concentrado en Norteamérica y se hallaba mayoritariamente aislada de la medicina convencional. En los 60 y 70 se establecieron las bases para una mayor aceptación de la profesión – mejorar los criterios de formación y de concesión de licencias, aumento significativo de la investigación, libros de texto y revistas científicas, y reconocimiento legal y regulación en los estados de EEUU y en otros países.
Hoy en día, la quiropráctica es enseñada y ejercida a lo largo del mundo y la profesión se ha ganado una gran aceptación por parte del público y de los sistemas sanitarios nacionales por sus servicios. Es ampliamente considerada un ejemplo a seguir como disciplina sanitaria complementaria que ha alcanzado su madurez y aceptación por parte de la medicina convencional. Incluso la OMS ha publicado directrices recomendando criterios de formación mínimos para la regulación de los servicios de quiropráctica en los sistemas sanitarios nacionales.
En Reino Unido, Suiza, todos los países nórdicos, Bélgica, Francia, Portugal, Italia, Chipre, Liechtenstein, Malta y Alemania el quiropráctico trabaja de manera independiente, integrado en el sistema sanitario al nivel de un médico o un odontólogo y sus servicios están total o parcialmente cubiertos por la seguridad social o seguros privados. En otros, como España, donde el reconocimiento de la quiropráctica no está aún realizado, se trabaja desde la Asociación Española de Quiropráctica (A.E.Q) para conseguir tal fin.